La compañía se alinea con la tendencia mundial de utilizar la biotecnología para enfrentar desafíos ambientales. Sus investigadores trabajan con residuos industriales y gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono (CO₂), transformándolos en insumos para nuevos procesos productivos y soluciones de alto valor agregado.
Valeria Muñoz, Directora de Operaciones y cofundadora de NeoSensing, explica que la empresa nació hace cuatro años con la convicción de convertirse en un agente de cambio.
“Somos cuatro socios que apostamos por la innovación biotecnológica sustentable, desarrollando soluciones con impacto ambiental y social”, señala.
Actualmente, además del desarrollo de biosensores, NeoSensing ejecuta un proyecto financiado por CORFO enfocado en la producción sostenible de ácidos grasos a partir de CO₂, con el objetivo de contribuir a la reducción de gases de efecto invernadero. Este avance abre oportunidades en industrias como la cosmética, la nutrición y la farmacéutica, donde los ácidos grasos son insumos clave.
La transformación de emisiones contaminantes en materias primas útiles es un ejemplo concreto de cómo la biotecnología puede impulsar la economía circular y generar soluciones sostenibles con impacto transversal.
Para Valeria Muñoz, contar con equipamiento especializado y soporte tecnológico es fundamental para el desarrollo de la biotecnología en Chile.
“Con el equipamiento adecuado podemos desarrollar proyectos propios y también apoyar a nuevos emprendedores. Por ejemplo, los biorreactores Applitech nos permitieron producir metabolitos con excelentes resultados”, destaca.
Aporte a la seguridad alimentaria
NeoSensing también desarrolla plataformas tecnológicas que integran fermentación y bioingeniería de procesos, orientadas a aplicar la ciencia para resolver desafíos concretos en seguridad alimentaria y sostenibilidad ambiental.
Sus biosensores combinan herramientas de biología molecular, bioinformática y nanotecnología para identificar microorganismos en tiempo real, reduciendo significativamente los tiempos de respuesta frente a eventuales contaminaciones. Esto permite a la industria alimentaria cumplir con exigentes estándares internacionales de inocuidad y resguardar la salud de los consumidores.
Valeria Muñoz es bioingeniera, magíster en Ingeniería Química y Biotecnología, y afirma que su motivación desde el inicio ha sido “investigar, innovar y crear soluciones que generen impacto real”.
“La biotecnología me permite unir la ciencia con la posibilidad de transformar problemas en oportunidades”, agrega.
Talento y creatividad nacional
NeoSensing fue fundada en 2021 como una startup, desarrollando inicialmente el prototipo de su biosensor. Desde entonces, la empresa ha mantenido un estrecho vínculo entre la academia y la industria, incorporando constantemente investigadores de doctorado a su equipo, lo que fortalece la innovación científica y tecnológica en el país.
Convencida del potencial nacional, Valeria Muñoz destaca que “la ciencia es clave para el bienestar social y en Chile existe un gran talento”.
“Hoy contamos con un laboratorio propio, un equipo de diez profesionales y una plataforma tecnológica que impulsa la ciencia aplicada y el desarrollo local”, concluye.
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